¿Cuál ha sido el mejor regalo que te han dado? Haz memoria. Cierra los ojos y concéntrate, enfoca tu mente en esa memoria. No estoy hablando necesariamente de algo material, puede ser algo tan sencillo como un abrazo en el momento que más lo necesitabas o deseabas. La belleza, muchas veces está en la simpleza, ¿listo? Bien. Ahora quiero que recuerdes, ¿cuál ha sido el mejor regalo que tú has brindado? Si ambos corresponden a la misma persona, ¡felicidades! Esa es tu alma gemela o a la que más quieres.

    Si el mejor regalo que has dado no es a la persona que actualmente amas, ¿qué estás esperando?

    Me parece muy injusto el hacerte participe de este juego y yo no hacerlo, por lo que te compartiré mi experiencia:

    Ya estaba algo “grande”, o eso era lo que pensaba en ese entonces, pues no tenía punto de comparación, ¿no te ha pasado que sientes que la vida es como si se tratara de escalar niveles? Cuando llegamos a la adolescencia, dejamos de jugar con juguetes porque suponemos eso está en un nivel inferior, pero y si… ¿ahí es donde verdaderamente está la felicidad?

Filosofar es una de las cosas que más amo y mi razón de ser. Antes de seguirme desviando, iré al punto.

    La verdad, es que el mejor regalo que he dado, no sé cuál pueda ser, no lo tengo claro:

He brindado mi tiempo cuando en realidad sólo querían obsequios. He regalado rosas cuando lo que querían era caricias. He entregado mi cuerpo cuando sólo querían dos palabras de amor. He dicho te quiero cuando lo que querían eran hechos y no frases bonitas al vacío.

    Podemos dar el mejor regalo de nuestra vida, pero si no es lo que la otra persona necesita o anhela, será uno más del montón.

Lo que aprendí es que antes de dar, tenemos que aprender a escuchar, ¿de qué sirve un beso cuando no hay amor? ¿Un regalo si no hay atención? Sin embargo, a veces el escuchar no es suficiente. En ocasiones, las cosas sencillamente no resultan ser como deseamos que sean.

    Es por eso que mi mejor regalo, tal vez, sólo tal vez, sea nada para ti.