Todos, absolutamente todos en algún momento de nuestras vidas, hemos idolatrado a alguien. Ya sea a un artista, algún compañero, e inclusive tu mejor amigo, en tu caso, ¿quién es tu crush? En el mío, se trata de Josh. Sé que suena a cliché, y es que tiene todo para serlo. No sé porque hay tanta gente que los odie, entiendo que a veces las productoras abusan de ellos, pero al final es lo que todos queremos; una vida en la cual, a pesar de todas las adversidades, terminamos siendo la pareja de nuestro amor inalcanzable y ser felices por siempre. La triste realidad, es que el mundo no es una película donde el amor triunfa.

    Te platicaré un poco de Josh. Él es el típico chico popular que todas las chicas —incluyéndome—, se mueren por él. Es alto, de buen porte, ojo azul, y una personalidad increíble. Sólo tiene un pequeño defecto llamado Sara, su novia. A él lo conocí en la universidad, estudiamos juntos arquitectura. La primera vez que lo vi, fue como ver a Brad Pitt en cámara lenta. Su físico impresiona, tiene una sonrisa divina, y aun así, esos atributos no le llegan ni a los talones a su carisma. Unas semanas después, en la clase de historia del arte, me tocó estar en su equipo. Puedo contarte que su personalidad es única y su mejor cualidad. Lideró el equipo y a pesar de las adversidades —a los demás, todo nos salía mal—, jamás fue irrespetuoso, ni dejó de sonreír, ¡espera, soy una tonta! Si de verdad quiero conquistarlo, tengo que hacer que me desee. Para eso tengo que darme mi valor y no restarlo como lo estoy haciendo ahorita. Debo de ponerme primero yo, y luego los demás.

    Lo importante no es juzgarnos, sino en el momento que no nos damos nuestro valor, hay que detenernos y corregir el rumbo sin importar que estábamos haciendo. Por eso, dejaré la historia de Josh a un lado para contarte la mía.

    En realidad, no hay mucho que contar, pero me esforzaré en hacerlo lo mejor posible. Mi nombre es Renata, tengo 27 años. Amo la playa y dibujar. Soy la encargada del diseño de planos de una constructora y Sara es mi jefa, sí, la novia de Josh, pero no hablaré de ella, no quiero hacerlo, ¿sabes que se siente que tu jefa sea el amor de tu crush y no tú? Sólo existe una palabra para describir eso y es una pesadilla. Cuando está feliz, viene y me presume todo lo que Josh hace por ella. Yo me tengo que tragar mi enojo, no le deseo mal, pero no tiene por qué contarme todo, y es que cuando digo todo, es todo, incluyendo intimidades. Yo sólo finjo mi sonrisa sin decir nada, y me responde que soy una gran amiga por escucharla. Eso es prácticamente todos los días, excepto por hoy. Entró a mi oficina preguntando si tenía cinco minutos. Antes de poderle responder, soltó en llanto y me contó que no sabía por qué, pero Josh había terminado con ella. Me quedé impactada, literalmente Josh y ella aparentaban ser la pareja perfecta. Fingí tristeza. No me lo tomes a mal, sé que soy una buena persona y no le deseo mal a nadie. Lamentablemente es un ciclo o situación por la que todos hemos pasado. En ocasiones, las malas noticias de alguien, son buenas para nosotros. Le ofrecí de apoyo mis brazos y ella lloró aún más sobre mis hombros sin saber que se trataba del abrazo de Judas, pues estoy segura que no fue casualidad que ayer hiciera un hechizo rompe lazos, y hoy se me presentara esta oportunidad que no soy capaz de desaprovechar.