Seré breve, pues no poseo tiempo. Estoy atrapado en una tumba en el desierto del Sahara y probablemente esta nota será mi único legado. Llegué aquí por incrédulo, pero más por apasionado, ¿a quién no le gusta la historia, la aventura? ¿Se imaginan haber vivido hace cientos de años para poder haber presenciado lo que ahora es una gran mitología como la egipcia?

    Así fue mi travesía; Al entrar en esta cripta, el talismán de Ankh me transportó a su realidad y logré ser parte del pasado. Me tacharán de loco, pero es verdad. Iba con mi esposa, quien me esperó afuera de esta pequeña pirámide por precaución. A mí me llama mucho la atención la aventura y lo desconocido, a pesar de que esto sea sinónimo de peligro. Mientras me adentraba, había una voz que me decía; “ven, ven a mí y libérame”. Era una instrucción clara y que por algún motivo no fui capaz de resistirme. Con cada pasó que daba, la luz se hacía más tenue hasta que llegaba a desaparecer. Prendí mi antorcha, pero fue en vano, se apagó para dejarme en completa oscuridad, pero no la necesitaba. Esa voz me guiaba y me sentía pleno, confiado, tanto que tiré la antorcha y guardé mi pistola.

    Caminaba lentamente hasta que la voz tomaba un tono más grave y fuerte. Así anduve cinco minutos, hasta que resbalé y caí en esta trampa. La caída fue de una altura de más de diez metros, lo que provocó que mi cadera se rompiera y me impidiera proseguir, adicional de que fui mordido por una cobra que me está dando las peores fiebres de mi vida. Sé que es mi final, aquí yaceré inerte hasta que encuentren mi cuerpo. Si llegan a encontrar esta nota, díganle a mi esposa que lo siento y que la amé con todo mí ser.

    —¡Vaya! Lo que llegan a escribir por los delirios del veneno de serpiente —exclamó Yumi, investigadora y arqueóloga.

    —Sí, pobre tipo, pero se lo merecía. Quítale el amuleto y larguémonos de aquí —le respondió su compañero. Ella tomó el amuleto y se lo entregó a Gael.

    — “VENGAN A MÍ” —ambos escucharon una voz a lo lejos. Su mente les decía que no fueran, pero fue como si los cuerpos de Gael y Yumi tomarán vida propia. Caminaban hacia la voz en contra de su voluntad, hasta que ambos llegaron a una cripta dónde no había nada más que completa oscuridad.